Blagaj es de esos lugares que, si te lo cuentan, quizás no lo creerías. Pequeño pueblo bosnio en el corazón de Herzegovina, rodeado por montañas, una fortaleza abandonada, un monasterio Derviche a la vera del nacimiento de un río subterráneo, parece todo bastante surrealista, pero créeme, que es verdad. Blagaj recibe mucho turismo por su impresionante marco natural, sumado a que está muy muy cerquita de Mostar. Así que como siempre digo, carga la mochila que el mate lo pongo yo y vamos a recorrer esta locación mágica.


Como llegar a Blagaj.

Ubicada a tan solo 12 km al sur de Mostar, Blagaj aparece como una invitación irresistible para conocer algo más del país. La mejor opción para llegar es con un coche de alquiler, lo que te permitirá, como te vengo comentando en posteos anterior, visitar varios puntos de los alrededores que son muy bonitos, como Pocitelj y Kravice.

Pero si no tenes coche, hay varios tours guiados que te conectan todos estos lugares en un día completo, podes mirar las opciones que más te convengan acá.

Si no te gustan los tours y si es que tenes poco tiempo y no queres irte de Mostar sin visitar Blagaj, podes tomarte un taxi y coordinar un tiempo de espera, con lo que te será económico y practico, el precio puede rondar entre los 25 y 30€ aproximadamente.

Como última opción, desde la plaza España de Mostar salen colectivos públicos, el número 10 y 11, que por 1€ te lleva hasta Blagaj, de allí tendrás que caminar hasta las principales atracciones, pero es una muy buena idea si estas viajando por libre y con tiempo.

Que ver en Blagaj.

Chiquito, pero con muchas perlitas para ver, Blagaj es ideal para recorrer en unas horas, asi que acompáñame a ver todo lo que este pequeño pueblo medieval tiene para ofrecer.

Fortaleza de Herceg Stjepan.

Esta fortaleza, era la antigua ciudad de Stjepan, que era un palacio rodeado por murallas almenadas perteneciente a la dinastía Kosaca, recibió este nombre en honor a su gobernante Stjepan Vuksic, quien era el representante de esta región hasta la llegada de los otomanos y posterior conquista de estas tierras en el 1473.


Para llegar hasta la fortaleza te esperan 1 hs aproximadamente de caminata en constante subida, algo cansadora desde el pueblo. Si estas en coche te ahorras bastante trecho, tenes un estacionamiento abajo y solo te separan 250 metros de desnivel, que depende el ritmo lo podés hacer en 25 a 30 min, sin dudas que vale la pena la subida y contemplar las vistas del valle del río Neretva y Buna desde las alturas.


Esta fortaleza y como muchas cosas en el país, se puede visitar gratuitamente, algo que es un desperdicio, Bosnia podría sacarle mayor redito a su patrimonio histórico-cultural.

Tekija, el monasterio Derviche.

Este monasterio sufí enclavado sobre un acantilado de 200 metros de altura y a orillas del río Buna, fue construido en el siglo XVII, su interior está decorado en un estilo barroco otomano clásico, siendo el único en Bosnia y Herzegovina, pero a pesar de eso, su visita no me impresiono como creía. Se lo puede visitar durante todo el año, la entrada cuesta 5€.


Los Derviches son un grupo religioso musulmán proveniente de Turquía, donde utilizaban el monasterio para realizar reuniones y retiros espirituales.


El río Buna.

No todos los días tenemos la oportunidad de ir a ver el nacimiento de un río subterráneo. La fuente de agua de este río es un manantial kárstico que emerge de una cueva bajo un acantilado vertical de mas de 200 metros de altura. Con un color verde esmeralda, el río Buna enamora a todos sus visitantes!


Eso es todo viajeros, espero que este destino te haya sorprendido como lo hizo conmigo, y espero que tengas la suerte de visitarlo! Si estas planeando tu viaje por Bosnia y Herzegovina y gracias a su cercanía con Mostar, creo que es un imperdible, así que ponelo en el radar.

Como siempre digo, tenes disponible los comentarios para cualquier duda que tengas, seguimos recorriendo Bosnia, ahora nos espera su capital, la increíble Sarajevo!